Solán de Cabras es una de las marcas con las que nos hemos acostumbrado a trabajar muy a gusto, y junto con la ‘influencer’ Xuan Lan afrontamos el reto de grabar todo un ciclo de bienestar en unas pocas horas
La filosofía y forma de trabajar de Solán de Cabras nos encaja desde hace tiempo y llevamos años desarrollando distintos proyectos y activaciones con la marca. Una de las figuras que más veces interviene en estas colaboraciones es Xuan Lan, una de las ‘influencer’ más exitosas del ámbito del yoga y el bienestar, con la que nos sentimos muy a gusto. En 2019, una de las producciones audiovisuales más grandes que realizamos fue en esta triple combinación, junto con Solán y Xuan, con quienes grabamos el ‘Ciclo del bienestar’.
Desarrollamos una idea creativa en la que Xuan mostraba muchos aspectos distintos de lo saludable en la vida, desde la nutrición o la dieta hasta el ejercicio, la paz interior, la naturaleza y, cómo no, el yoga. Un ciclo vital que propusimos dividir en cápsulas cortas de formato vertical para difundir en Instagram Stories.
El reto era ambicioso, ya que las apretadas agendas de la marca y de nuestra protagonista nos invitaban a conseguir grabarlo todo en una sola jornada. Y en una sola jornada, había que grabar más de 10 vídeos de temática ligeramente distinta, y preferiblemente con encuadres diferentes. Es por eso que la localización fue muy importante y tuvimos que encontrar una casa con varios escenarios viables, con espacio suficiente para adaptar un set de rodaje y que inspiraran el ambiente de paz que nos interesaba. No fue fácil, pero fue posible.
Los procesos de preproducción y producción fueron extremadamente importantes, con varias visitas a la localización y conceptualización de planos y clips. La jornada entera estaba calculada al minuto, optimizando cambios de escena, pausas y montaje de los sets. Había que trabajar de forma rápida y eficiente para completar con éxito el programa, y hacerlo de forma delicada para que la casa, hogar de una familia, no se viera afectada lo más mínimo. Un puzle audiovisual, vaya.
Otro de los factores complicados de esta producción fue el formato de los vídeos: pensados en vertical para Instagram Stories, aunque también aprovechables para formato 16:9. Teniendo en cuenta que algunos de los clips, además, discurrían sobre técnicas de yoga, que implican movimiento. Y necesitábamos prever que, en muchas ocasiones, ese movimiento haría que la protagonista saliera del plano vertical. Desde luego, todo un hándicap para la dirección de fotografía, que tenía que pensar en dos formatos y posibilidades simultáneas, y en un espacio que, aunque amplio, no dejaba de ser una casa particular, donde los tiros de cámara eran de distancias cortas.
El equipo empleó lentes polivalentes 24-70mm, de amplia apertura pero también con opción a acercar el plano, para casos como el jardín y la piscina. Y filtros con ND variable, para mantener un nivel de luz similar sin renunciar a la apertura 2.8f de calidad, nitidez y desenfoque. La iluminación en interior fue muy suave, ya que la idea era aparentar naturalidad, sensación de hogar.
Después de un largo e intenso día, salimos de aquella maravillosa casa con el trabajo hecho, paz y buenas sensaciones.